LA HISTORIA DE SIEMPRE
¡Carajo!
Esa fue mi primera reacción hace algo asi como 24 horas que en horario late-night platicaba con Luna, una gran amiga, acerca de lo bien o mal que nos había pintado el día, hasta que la sorpresa disfrazada de karma (¿O era al revés?) se presentaba en el msn messenger.
Un viejo cuasi-amor-cibernético regresaba de su exilio por las profundidades del hipertexto saludando (quiero creer) dubitativa ante mi posible reacción. Un tímido "Hola" asomó por la nueva ventana que obligaba a un diálogo. Tras el intercambio de cortesías que se dan dos personas que tienen mucho tiempo de no verse tras un amargo quiebre (por lo menos a mi me dolió un chingo) vino la más grande de las sorpresas, mi reiterada e insistente petición se veía completada de la forma más increíble: una invitación a salir.
El vacío en mi corazón, al que ya me había acostumbrado, se hizo evidente de nuevo al leer sus palabras y ver sus hermosos ojos marrón en el display, una pinche ventana de muy pocos pixeles que la mostraba sonriente, desafortunadamente no por mi culpa.
¿Aceptar la invitación? ¡A huevo! el pez como siempre terminó siendo el "cuando". Que si yo trabajo por las tardes, que si ella va a la escuela por la mañana, que si vamos a comer, cenar, al cine o todas juntas. Complicaciones dulceácidas en mi vida.
¿Por qué cuando parece que te has acostumbrado a estar solo reaparece la ilusión de la compañía?
Condorito es el mejor para explicar la rudeza de la realidad, ante la ironía de la vida: PLOP!